La independencia de América Latina (1790
- 1826).
La
emancipación de América Latina formó parte del ciclo revolucionario que, a
nivel mundial, se inauguró a fines del siglo XVIII, bajo el influjo de las concepciones
antifeudales de la burguesía europea. El movimiento independentista que comenzó
en 1790 con la revolución de Haití tuvo como antecedente la liberación de las
trece colonias inglesas de Norteamérica. El estallido de la gran contienda
anticolonialista, extendida hasta 1826, fue facilitado primero por la
revolución francesa de 1789 y después por la crisis política generada por la
expansión napoleónica sobre España y Portugal. Así, el inicio de las revoluciones
burguesas en Europa puso a la orden del día en América Latina el problema de la
independencia.
Las reformas liberales (1850-1885)
Una
serie de trasformaciones de orientación burguesa de corte liberal sacudió a la
América Latina a partir de mediados del siglo XIX, ante el empuje del avance
capitalista a escala internacional y el tremendo impacto de la oleada
revolucionaria europea de 1848. Entre sus causas se hallaba el significativo
retroceso experimentado después de la independencia, que llevó al
establecimiento en casi todas partes de un orden conservador encargado de
restablecer la esclavitud, el tributo indígena y el régimen de mayorazgos. Las
revoluciones liberales de esta etapa adquirieron características distintas en
cada uno de los países latinoamericanos donde se llevaron a cabo, determinadas
por las tareas objetivas y el grado de desarrollo de la conciencia burguesa,
aunque fue muy frecuente que las transformaciones se realizaran como resultado
de reformas "desde arriba".
La caída del Muro de Berlín (1989)
La
caída del muro tuvo su origen en la apertura de las fronteras entre Austria y
Hungria en mayo de 1989. El primero de esos países pertenecía al bloque
occidental mientras que Hungría era parte del bloque conocido como la cortina
de hierro, países cuyos regímenes estaban bajo la influencia soviética. Ante esta apertura, cada vez más alemanes
orientales viajaban a Hungría para pedir asilo en las distintas embajadas de la
República Federal Alemana. Esto, a su vez, motivó enormes manifestaciones en
varias ciudades de la RDA, las que llevaron a que, el 9 de noviembre de 1989,
el gobierno se viera obligado a anunciar que el paso hacia el oeste estaba
permitido.
Sin
embargo, el hecho desencadenante fue la confusión de un portavoz del gobierno
en una conferencia de prensa en la que, con el afán de calmar los ánimos de la
población, daba a conocer la nueva norma que permitía salir del país sin
requisitos previos. El miembro del
Politburo de la RDA, Günter Schabowski, explicaba los pormenores de la
disposición gubernamental, cuando el periodista, Riccardo Ehrman, de la agencia
de noticias ANSA, le preguntó cuándo entraba en vigor la medida. Schabowski,
quizá un poco nervioso, buscó entre sus papeles y al no encontrar nada escrito
respondió: "de inmediato".
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